Desde esta pequeña ventana en el espacio virtual voy a escibir unas palabras a la mujer que amo: Mi madre. Ella me ha dado todo, incluyendo la capacidad de escribir tonterías en un blog. Ella se ha preocupado por mi supervivencia, no sólo cuando voy a visitarla sino persuadiendo a los millones de personas con los que he compartido vivienda persuadiéndolos para actuar de manera que eviten mi inanición. ¿Pero qué pasa cuándo no tengo calzoncillos? ella me compra nuevos; ¿qué pasa cuando llevo 2 meses alimentándome de pasta y arroz hervido? ella me cocina una paella; ¿qué pasa cuando me rompo los dientes (extraña costumbre en mí)? ella me reserva hora en el dentista, ¿qué pasa cuando olvido mi cepillo de dientes? ella me compra otro...
Ahora bien señores, a mi madre sólo la amo YO, si alguno de ustedes se entromete en mi relación le parto los dientes, aunque no se preocupen porque mi madre les busca un hueco en el dentista.